31 de agosto.

Querido diario:

hoy por fin hemos podido sacar la piel de foca de verano. Casi no hemos tenido que rascar hielo del parabrisas del trineo. También hemos podido cavar la tumba del Ramiro porque la tierra del cementerio casi se ha descongelao del todo. Si se hubiera descongelao del todo no habríamos tenido que dejarle los pies y la nariz fuera. Pero ya no nos quedaba dinamita. Pobre Ramiro. Desde nochebuena que lo teníamos en el trastero. Nota: las tumbas hay que cavarlas por lo menos una cuarta más profundas pa que quepa el finao. Eso sí: las risas que nos hemos echao con el Ramiro asomando…

El problema lo vamos a tener con las cosechas. De seguir subiendo las temperaturas, lo mismo se nos echa a perder la cosecha de varitas de merluza. La de Findus y la del capitán Pescanova. La de big macs por el contrario, ni se inmuta. Seis años tiene ya y eso no se echa a perder ni dándole una secretaría de estado.

A ver si de esta ya sale el sol, que la Mary empieza a ser transparente y se le ve hacer la digestión en vivo. Si llego a saber que era así por dentro no me caso. Hay que joderse con la belleza interior. Menudo callo. Con lo mona que parecía… Ya no puedes creer en nadie.

A ver si acaba ya la ventisca y podemos salir del iglú. Mañana fijo que hace mejor tiempo.