Esos días en los que, sin darte cuenta, estás buscando un Kalashnikov de oferta en eBay, son una maravilla. Mira que uno es de natural calmo y pacífico, pero la vida te pone a veces pruebas muy duras.

Se conoce que este verano la cosecha de cuñaos viene abundante. Debe ser por la cosa de las lluvias o algo. Es una pena, porque con tanta abundancia luego el kilo de cuñao se paga malamente. Y los campesinos también tienen que vivir, oigan.

Ya estoy viendo los camiones basculando miles de toneladas de cuñao al mar:

-Es que pa que me lo paguen asín, pos prefiero tirarlo al mar ¿Sabusté? Aburren a las sardinas, eso es verdá. Pero total, que se jodan. Las sardinas, digo.

Claro, prenderles fuego es más arriesgao, porque las chancletas y las camisas estampás de poliéster arden que eso es pa verlo. Es una cosa científica. Y luego los montes, que incendian otros cuñaos, arden más de lo necesario y eso es redundante.

A ver si para el año que viene los campesinos dejan en barbecho alguna plantación, hombre.

Qué día más güeno! ¡Coño!

 

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