Una de las muchas cosas que me maravillan del asunto de la vida digital, es que hay cienes de millardos de páginas gües que todos los días publican listas de cosas acerca de las que TÚ creías, equivocadamente, que tenías alguna noción. O que sabías hacer más o menos bien. Casi como si fueras un ser pensante.

Pero ¡Porca miseria! Resulta que no. Que efectivamente son cosas acerca de las cuales no tenías ni la más remota idea. Da igual que se trate de abrir una lata de sardinillas, del bujero del chisme ese de servir la pasta, de los detalles y curiosidades de la vida sexual de los Teletubbies, o de hacer cacota.

Pero como el bujero de medir la cantidad de espaguetis por cabeza no vale pa ná porque siempre echas un puñao más y te sale pasta pa un regimiento de alabarderos, lo de la lata de sardinillas era para ver si estabais atentos y por rellenar, y además los teletubbies son los moñecos más siniestros, inquietantes e incomprensibles que parió madre, vamos a centrarnos en el asunto de hacer cacota. Que da mucho más juego.

Para los negacionistas de que los Teletubbies son un horror: todos ellos llevan cosas incrustadas en tó lo alto’l cráneo. Verbigracia: uno de ellos lleva una percha invertida empotrada en la testuz y tiene un color morado muy poco saludable. Er hioputa.

Pero centremos el tema: tienes, pongamos por caso, 58 años y has hecho cacota del orden de 21.000 veces contando con la etapa de bebé en la que defecas cada seis minutos, como un relojito con ojos, y las etapas de la adultez en las que aparece el pertinaz estreñimiento y se te pone cara de señorita Rottenmeyer chupando la tapa de un yogur de coco caducao. O sea, esos días del mes en los que por andar comiendo yogures de coco caducaos, en vez de los que come José Coronado, estás sin actividad peristáltica en el triperío.

Digamos, por tanto, que tienes mucha experiencia en el tema de la cacota. Algo que has hecho más de 20.000 veces, malo será que no lo hagas decentemente.

PUES NO. SEGÚN LA MIERDA DE LA PÁGINA GÜES SABELOTODO, LO HAS HECHO MAL EN TODAS Y CADA UNA DE TUS DEPOSICIONES.

Esto, en el titular de la paginilla gües en cuestión sería más o menos:

«Las mil y una cosas que desconoces del arte de defecar»

O sea, que no eres bueno ni en el WC, ¡VAS A SER BUENO EN LA CAMA POR LA PARTE DE LO COHONE! A ver si de esta queda claro.

O sea, que lo hacías como el orto, cuando tú pensabas que lo bordabas. Como si presidieras el gobierno o algo. Como cuando un cuñao profesional te dice que no tienes ni idea de hacer lo que has hecho mil millones de veces. Que dices tú: «pos hombre, si esto lo llevo haciendo yo del orden de millones de veces, o incluso más, será porque lo sé hacer. Mal, pero lo sé hacer.»

Y pulsas sobre el enlace en cuestión, cosa que no sólo indica que implícitamente reconoces que no sabes ni cagar sino que, para más INRI, denota claramente que tiés muy poco que hacer en esta vida y deberías preocuparte por hacer algo decente con ella.

Y el muchacho que ha escrito el artículo en el que desgrana el arte del buen cagar, que así a simple vista tiene 30 años menos que tú, y por tanto una experiencia miles de cagadas inferior a la tuya, te instruye en la materia pa que te vayas enterando.

Y te suelta una movida muy tocha acerca del «ángulo de la articulación rotuliana y su concomitancia con la aproximación del cuádriceps femoral al músculo recto abdominal, y sus efectos en el correcto posicionamiento del músculo puborrectal evitando posibles hernias, diverticulosis , y prolapso de órganos pélvicos.»

Que viene a ser el descubrimiento de que lo ideal es cagar en cuclillas como se ha hecho en el monte de toda la vida de Dios, desde los tiempos de los primeros homínidos cuclillo-cagadores, a la buena fin de lograr una evacuación exitosa y sin apenas riesgo de herniarse o de que se te salgan los higadillos por andar empujando como si fueras del mismo Bilbao centro y estuvieras tratando de dar a luz de una tacada a toda la alineación del Athletic de Bilbao .

Así que, cuando te sientas un poco depre, piensa que hay gente con mucha menos experiencia que tú que se gana la vida con polladas enormes que ya estaban descubiertas desde tiempos inmemoriales. Y así, pues ya te sentirás depre del tó quedando patente que a veces «un poco» es mucho mejor que «del tó». Esto ya lo sabían Culocles, Pitocles, Mamágoras y todos esos fifolósofos griegos antiguos que de aquella eran los encargaos de escribir artículos con todas las cosas acerca de las que los demás no tenían ni puta idea.

Y tú madrugando y haciendo el imbécil. Normal. Si es que ni pa cagar valemos…