En el maravilloso mundo de las advertencias, las premoniciones, la adivinación del futuro y los «telodijes» en general, hay una serie de números que son sagradísimos, pero sagradísimos cosa mala. A saber:

Veinte, cincuenta, cien, y mil.

Un “poné”: estás con tu nene en el parque en esa fase en la que se va dando toñas con todos los objetos del mundo visible, y con los del no visible. Sí, ya sé que es un coñazo insufrible de nivel paja en un ojo o úlcera sangrante virgen extra, pero relájate que ya te dije que es sólo «un poné».

El tema es que estás ahí en el parque, departiendo amigablemente con las mamases y papases de los otros infantes sobre papillas, vómitos, tetas, cojines de lactancia y esas cosas. Tu nene, que anda de psicomotricidad igual que Darth Vader de fondo de armario, corretea alegremente por el suelo ese de goma que ponen en los parques infantiles para evitar pérdidas excesivas de masa encefálica.

Porque los niños pequeños tienen un diseño de mierda, con el centro de gravedad en todo lo alto de la cabeza, y lógicamente son más inestables que un concursante de Supervivientes en un.. en una… Que un concursante de Supervivientes. Parece que los diseñó un chino con exceso de estupefacientes en sangre. A los niños pequeños, me refiero. Y a los concursantes de Supervivientes.

Hasta ahí, todo fatal. O sea, todo bien. O sea, todo normal: el problema viene cuando tu nene muestra su lado más humano caminando de frente hacia el columpio en el que otro zagal mayor que él se balancea a lo Chuck Norris pero en energúmeno, amenazando por momentos con incrustarle el chupete en la misma glotis de una doble patada voladora.

-¡Güinston José, cariño! ¡No te acerques al columpio de ese nene, que te vas a hacer pupa!

Ahí ya, lanzas la primera advertencia, porque como eres una persona mayor CREES que sabes lo que puede ocurrir.

¡MAL!

Lo que se va a hacer Güinston José no es pupa. A tu Güinston José le van a arrancar limpiamente la cabeza sin anestesia ni nada de un patadón en el careto de entre 6.000 y 8.000 kilopondios por centímetro cuadrado en la escala de Richter, o en lo que coño se midan los patadones de columpio.

Y entonces te levantas y evitas lo inevitable in extremis, intentando razonar en vano con Güinston, al que le importan una mierda tus teorías. Porque dos segundos después vuelve derechito a ver si hay más suerte con la decapitación. Si algo tienen los niños pequeños es una constancia innata para todo lo que sea cagarla con vistas a la calle que, por desgracia, luego con los años uno crece y es una cosa que poco a poco se va conservando absolutamente intacta.

Llegados a este punto, cualquier persona normal volvería a advertir a Güinston una segunda vez:

-¡Güinston José! ¡No! ¡Pupa! ¡Caca! ¡Reguetón! ¡Montoro!

Y como tu Güinston tiene madera de ministro, o de teleoperador del departamento de bajas o algo de eso, no te hace ni caso. Y a partir de ahí, la siguiente advertencia pasa automáticamente a la escala numérica sagrada de predicción del futuro, cuyo valor mínimo admisible es veinte:

-¡¡¡GÜINSTON!!! ¡YA TE DIJE (Por favor, seleccione en orden secuencial los siguientes valores en cada futura advertencia: A: Veinte B: Cincuenta C: Cien D: Mil) VECES QUE TE VAS A HACER PUPA!!!

Esto es de pura lógica, porque «ya te dije tres veces que…» es una advertencia de mierda que no acojona nada de nada. Aquí después del dos ya tiene que ir el veinte y luego el cincuenta. Y si no, no haber tenido hijos. ¡Irresponsable!

Pidiendo dispensa al Papa, se puede llegar al millón:

– Santo Padre, dispénseme un millón.

-¡Ché, loooooco! No fui a la compra, ¿Vihteeeee? Pero esperá que miro lo que queda en la dispeeeeensa….

Y por eso mismo, espero no tener que repetir (A: Veinte B: Cincuenta C: Cien D: Mil) veces, que he aquí la vigésima entrega de Borja y Sandra Mary, que curiosamente en esta ocasión coincide con el capítulo veinte, y eso es una cosa de mucha celebración.

Para los no iniciados dejo el enlace al primer capítulo:
Capítulo1, y luego ya al final de cada uno está el enlace al siguiente.

Y desde ahora, también en la sección «L’Antoxana» de Aszine: magazine de ocio y cultura en Asturias ( www.aszine.com), con quienes tengo el placer de colaborar desde hace unos días.

Pues celebrando que al final Güinston José conserva el melón y el chupete en su sitio, he aquí el 20:


¡Sonso, tía! ¡No te lo vas a creer! El otro día estábamos Borja y yo en casa viendo la tele, y otra vez me entró así como una desazón y un desasosiego interior que te cagas. Como cuando estás en una recepción del embajador y te entran gases, o como cuando Pitu sube esas fotos de ser feliz a Instagram, como queriendo decir: “soy súper feliz, y lo pongo en Instagram para que te autocopules» ¡Ay tía, no la soporto!  #OjaláSeLeAbranLasPuntas ☠☠☠

Bueno, la verdad es que no me sentía exactamente así, pero parecido. Ya sabes que cuando estoy así como ¡Plof!, Borja se pone insoportable y se vuelve un cerdo de lo peor… El tío estaba ahí viendo “The Walking Dead” tan tranquilo, partiéndose con los zombis esos que salen, que van todos conjuntados fatal. Yo no sé qué gracia les ve, pero él se parte el coxis con ellos ¡Tía, y en ningún momento se dio cuenta de que yo estaba fatala de lo mío! #NoMeApoyaNada #Serdo #Oink #InsensibleDeMierda #Paquirrín .

Y yo ahí, enviándole señales ultraclarísimas todo el rato de que necesitaba mimos. Que si un pestañeo coquetón, que si un gracioso ladeo de cabeza, que si ahora me acurruco y abrazo el cojín, que si segrego clarísimamente un poquito de progesterona… ¡¡¡PERO PARA QUÉ ME MOLESTARÉ EN ANDAR SEGREGANDO PROGESTERONA, SI NO SE ENTERA, TÍA!!! ¡El muy cerdo, fuera de cobertura! Luego ya, probé a mandarle un Whatsapp a ver si así había manera y resulta que el Whatsapp también estaba fuera de cobertura  #MeQuieroMorir #ElUniversoMeOdia#AmorSinCobertura #PareceUnTítulodeCamela #AyPuesEsVerdad  #MeParto

Al final, como siempre, tuve que tomar yo la iniciativa para hacer fluir la comunicación y el diálogo. Así que ahí dejé a ese cerdo con tirantes apoltronado en el sofá con el capítulo de los zombies esos de mierda, y subí a la habitación a ponerme súper mona con el picardías de Bacteria’s Secret y las gafas de sol súper antiguas y vintage que ya no uso. Esas que tengo del año pasado. En un periquete me maquillé un poquito, me puse en los labios un toque de “Red Passion Gloss Total Glamour Effect Defecation”, me calcé los Manolos de estar en casa, y me dispuse a bajar la escalera a lo Rita Hayworth para que a Borja le diera un infartito

Lo que pasa que el pelo no me pegaba nada, así que di la vuelta y en otro periquete me hice unas ondas al agua SÚ-PER-I-DE-A-LES, que dejaban a Rita Hayworth a la altura de Antonio Resines cuando hace de Antonio Resines. #TíaQuéMonaEstaba #SúperSensualQueTeCagas.

Ahí ya sí que me puse a bajar las escaleras a lo Rita ¡Ay tía, con el salón en penumbra, que con las gafas de sol no veía una mierda, pero da igual! ¡Todo súper romántico!

Yo con el corazón a cien y la respiración agitada, dispuesta a oír cosas bonitas y súper sensuales de mi chico ¡A lo Grey! 😍. Me puse delante de la tele a hacer un baile sexy, que eso con las transparencias del picardías es una cosa que queda muy resultona. #QueSíTía#QueLoHeLeídoEnElCuquiWoman. La verdad es que la música del Telediario no ayudaba mucho, pero bueno…

Mientras bailaba, me fui quitando las gafas de sol despacito, con las dos manos, y las lancé despreocupadamente a un lado, que eso en las pelis queda que te cagas. Pero en mi salón, a la mierda una patilla y el jarrón de cristal de Murano  #YoNoSéCómoMierdaLoHacenEnLasPelis

Volví la cabeza repentinamente, a lo vampiresa de las que vuelven la cabeza repentinamente. Mi pelo giró vaporoso por encima del hombro, rodeando mi cabeza graciosamente en una inercia imparable de sensualidad capilar. Bueno imparable no, porque me dí con las puntas capilares en todo el ojo y ahí ya se paró la inercia del todo.#LaInerciaEsUnaMierdaTía  Pero casi no se notó , que si llego a poder me hago un selfie allí mismo para subirlo a Instagram y que lo viera Pitu, a quien confundan todos los dioses, pero de buen rollito #AsíLeCaduqueElContornodeOjos #JaSemate. ¡Tía, te lo juro que estaba como una diosa! Pero como una diosa de las cuquis, no como una diosa cualquiera, de esas de morondanga . Y fue justo entonces cuando mi chico rompió su silencio y por fin pude oírlo perfectamente:

lo que pasa es que lo que oí fue la cisterna del WC y a Borja saliendo, arrastrando las zapatillas descalcañadas mientras se rascaba el sobaco y me miraba todo flipado el muy imbécil  . Y no contento con eso, ¡Va el tío y me pregunta si me encuentro bien! ¡¡¡Que si me hacía una tila o algo!!! 😭 He visto prensas hidráulicas con más sensibilidad, tía #LoOdioDelTodo #CómoSeAtreve #Cretino

La verdad es que al final sí que me hizo la tila, porque aunque sea un cerdo con pintas es un amor . #QuéMonoEsElTíoCerdoAsqueroso.

Y de repente ponen en la tele un anuncio de Ikea, que sale un tío zarrapastroso con una cocina zarrapastrosa. Fíjate cómo sería, que abría un armario y tenía unas botas de esquí junto a la sal, los Lacasitos de marca blanca, y las cosas de comer. Se conoce que además de zarrapastroso, el tío era un cerdo. #TíaEraUnCerdo . Pero de repente resulta que el tío redecoraba su vida, y ¡Zas! Un segundo después tenía una cocina cuqui. Entonces dejó automáticamente de ser un tío zarrapastroso en una cocina zarrapastrosa para pasar a ser un tío zarrapastroso en una cocina cuqui. Y ahí entendí que lo que necesitábamos para que Borja dejara de estar insoportable, era redecorar un poco nuestra vida: ¡Tía, tía, tía! ¡Teníamos que ir a Ikea!

Ikea es el sitio ese de los suecos que va la gente obrera a comprarse muebles, sartenes y cosas de decoración cuquis y luego ya se lo llevan a su casa y se lo montan ellos mismos. Se conoce que deben tener pocos recursos, o les va el sadomaso o algo…

Así que el viernes al salir de trabajar, cogimos el Mini y nos fuimos al Ikea, que aquí hay uno. ¡Muy fuerte tía!  Es todo como súper raro. Ya sabes lo que le aburre a Borja lo de ir de tiendas, y resulta que ya de mano se ponen a provocar, porque según entras tienen un sitio sueco para jugar con su piscina de bolas suecas y todo. Borja se pilló una perreta porque quería entrar, pero la chica que lo atendió no le dejó porque resulta que aquello era un aparcamiento para niños y él era muy mayor, pero al final la chica le dio un dibujo para colorear y una caja de pinturas, y se quedó súper tranquilo. ¡Tía, los suecos lo tienen todo súper pensado, y ponen empleadas suecas solidarias! Bueno, en la chapa que llevaba ponía «Manoli», pero era sueca fijo. #AyQueMeSúperEmpodero

Luego subes a la planta de arriba, y lo primero que tienen es un dispensador de lápices suecos gratuitos ✏✏✏. Entonces coges unos pocos: dos, o cuarenta o así. Los que te quepan en el bolso. Pero tienes que dejar uno fuera para ir apuntando en un papel las cosas que te gustan, que si son grandes las recoges en la planta de abajo, para que luego te las lleves a casa y las montes tú misma llamando antes a Emilio para que te las monte él mismo #SeMontanSúperFácil

A las cosas les ponen unos nombres en sueco que te juro por Luis Fonsi que te meas . Por ejemplo, quieres una mesa auxiliar, y aquí se llama “Pösa”, pero se pronuncia “Mesa auxiliar de cartón reciclado y tablero de partículas de no sé qué, recicladas también”. Luego ya, los butacones de relajarse y no hacer nada se llaman “Eskäño», los sofás «Apalänka», las sartenes “Fritänga” y todo así…

Tienen unas flechas pintadas en el suelo para que no te pierdas y sepas por dónde ir, como en las glorietas, pero de modo que la gente lo entienda. Al contrario que en las glorietas. Hacia el kilómetro tres, aprovechamos para coger accesorios para el cuarto de baño . Nada, cuatro tonterías: un dispensador de papel higiénico “Örto”, una escobilla de WC “Wäternlimp”, un espejo “Reflëkta”… También cogimos una cosa de colores con pinchos que cuelga de una cuerda, que no tenemos ni idea de para qué sirve, pero se llamaba “Cösa” y nos hizo gracia

En el kilómetro 7,2 a Borja le afearon la conducta por saltar encima de un colchón “Söba”. ¡Ay por favor! ¡Qué vergüenza pasé cuando se le cayeron 56 lápices de los bolsillos, tía!  También es verdad que en el cartel del colchón ponía bien clarito “Prúebame”, pero como no especifican…

Por cierto tía, a los empleados suecos de Ikea les obligan a llevar un suéter de cuello pico con rayitas de colorines, como el de Blas, el de Epi y Blas  #AyPorFavor #Pobres #AcosoLaboral

Cuando llegas al kilómetro 8,6 hay un atajo por si no quieres acabar de ver la exposición, pero como ahora somos medio asturianos decidimos ir a por todas y completar el recorrido enterito . Como decimos los asturianos: “¡Mecachis en las gallinas de Leningrado!»

Al final completamos los dieciséis kilómetros de recorrido y llegamos hasta el restaurante, que tienen instalada una meta volante con un cura sueco (Küra) que te pone tres sellos en la cartilla de peregrino . Con doce sellos ya te ganas el jubileo y un perrito caliente sueco.

Luego en el restaurante te ponen una vía con un gotero de albóndigas suecas para que te rehidrates y te recuperes de la caminata. En caso de que no te recuperes, si eres creyente el Küra te da la extremaunción – en sueco «Käskas»- y una estampita con un fragmento de la mesa de centro incorrupta de Santa Abba de Estocolmo. #TíaCómoSePasan. Si no eres creyente, montan una ambulancia laica de Ikea de cartón reciclado y te llevan al hospital.

También tienen máquinas de refrescos de esas de meter el vaso y apretar un botón, que puedes beber todo lo que te dé la gana. Excepto si haces como Borja, que el pobre iba súper sediento del palizón, y si bebes a morro de la máquina les parece fatal y también te afean la conducta. En Ikea no puedes saltar en los colchones Söba ni beber a morro de las máquinas de refrescos. #TeAfeanLaKondüktaTía

Cuando te recuperas, viene un señor con un bulldozer y va sacando a los clientes para que vayan pasando a la planta de abajo . En la planta de abajo es donde tienen las cosas pequeñas, así rollo cuchillos “Räja”, tenedores “Pïncha”, vasos «Chüma» y cosas así. Son como cuatro kilómetros hasta donde tienen el almacén con las cosas gordas. Entonces sacas la lista que has hecho en la planta de arriba , y vas siguiendo las coordenadas geodésicas y las indicaciones GPS para orientarte y coger las cosas en los seiscientos pasillos que hay.

Aparte de unas doscientas cosas pequeñas, nos hemos comprado la librería “Töcho” , que montada mide 6 metros x 3, pero en Ikea tienen unos chinos suecos especialistas en hacer puzzles de seis millones de piezas y declaraciones de la renta, capaces de empaquetar las piezas de los muebles en unas cajas planas tamaño piano para que puedas llevártelas cómodamente en el Mini. #EstánEnTodoTía ¡Por fin Borja tiene dónde colocar sus libros de la trilogía de “El Señor de los Anillos”, que nos ocupan todo el garaje . Lo mismo también le cabe “El Hobbit”, pero no estamos seguros

Yo me he comprado tres zapateros “Chänkla” divinos para guardar mi colección de Manolos de fiesta . ¡Tía, qué nervios! ¡Nunca hemos montado nuestros propios muebles! ¡Esto de vivir en Asturias nos ha hecho súper rudos y autosuficientes! Seguro que nos quedan fenomenal cuando nos los monte Emilio.

Tía, hemos arrasado con todo, igualito que el caballo de Espartero , que por donde pasaba no volvían a crecer las cosas de Ikea. ¡A ver si ahora Borja se centra un poquito con todo lo que le he comprado, como el tío zarrapastroso de la cocina cuqui!

Te dejo, que vamos a preguntar si tienen servicio de lacayos, o sherpas suecos o algo de eso para que nos bajen las cosas al parking y nos las carguen en el Mini, como a Jesús Calleja, que no lo vamos a hacer todo nosotros. ¡Ay, por favor! ¡Somos unos aventureros asturianos que te cagas! ¿A que sí, tía?

¡Otro día te cuento más cositas! Besitos de Borja y Sandra Mary!  

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